Participantes de la COL de las Américas. Foto: FLM/G.Giese
GINEBRA (LWI) - La Conferencia de Liderazgo de las Américas (COL) llegó a su fin el 19 de abril tras cinco días de intensos debates y reflexiones en São Leopoldo, Brasil. Reuniendo a líderes de las iglesias miembros de la Federación Luterana Mundial (FLM) en América Latina y el Caribe y Norteamérica, el evento concluyó con un mensaje de esperanza y un firme llamado a la acción.
En su clausura, la COL de las Américas adoptó un mensaje dirigido a la comunión de iglesias en la FLM, abordando una amplia gama de preocupaciones compartidas por las iglesias de la región. Desde la crisis vocacional hasta la emergencia climática, el mensaje enfatizó la importancia de mantener una voz profética y solidaria en un mundo lleno de desafíos. Según el mensaje, "nuestra solidaridad con aquellos que sufren es fundamental para nuestro testimonio como cristianos luteranos en el mundo".
La COL también sirvió como un espacio para la reflexión espiritual y la adoración, donde se recordó el llamado de Cristo a no tener miedo y a compartir la Buena Nueva. En su sermón durante el culto de cierre (sobre Mateo 14:22-33), la Reverenda Katia Cortéz Cristales de la Iglesia Luterana de la Fe y la Esperanza de Nicaragua (ILFE), instó a los presentes a mantener la calma en medio de las tormentas de la vida y a continuar acompañándose mutuamente en la lucha por la liberación.
Además de las reflexiones espirituales, la COL incluyó paneles y discusiones sobre temas urgentes como la justicia de género y la crisis climática. Estas conversaciones inspiraron acciones concretas y colaborativas entre las iglesias miembros, que se comprometieron a trabajar juntas para promover la paz, la justicia y la reconciliación en la región y más allá.
En última instancia, la COL de las Américas no solo fortaleció los lazos entre las iglesias miembros de la FLM en la región, sino que también reafirmó el compromiso compartido de los luteranos y las luteranas de América Latina y el Caribe y Norteamérica de ser agentes de cambio en un mundo necesitado de esperanza y amor. La COL de las Américas concluyó con la certeza de que, como hijos de Dios, están llamados a servir y a compartir el mensaje de amor y esperanza con otros en medio de las tormentas de la vida.
