América Latina y el Caribe es una región caracterizada por el trabajo en red y la colaboración constante entre las iglesias miembros de la Federación Luterana Mundial (FLM). Estas iglesias se unen para promover la participación activa de sus comunidades en plataformas de toma de decisiones, a través de proyectos y actividades programáticas que fortalecen el trabajo conjunto.
El liderazgo juvenil se potencia a través de una red que conecta a jóvenes de distintas iglesias, mientras que los comunicadores de la región colaboran estrechamente para compartir información y difundir las actividades de sus comunidades. De manera similar, jóvenes y adultos participan en espacios dedicados a la justicia climática, trabajando juntos para influir en los gobiernos locales y en las iglesias en favor del cuidado de la creación.
El enfoque en la equidad de género se refleja en una red que promueve la justicia de género, buscando articular reflexiones teológicas que fomenten relaciones dinámicas y justas. Además, la región cuenta con un sólido espacio de formación teológica, que une a diversas instituciones para promover la teología y la pastoral luterana en una sociedad diversa y cambiante.
A través de estas redes, las iglesias de América Latina y el Caribe trabajan de manera integrada para responder a los desafíos sociales, ambientales y espirituales de la región.