
Cover of the Climate Advocacy Guide. Photo: LWF
Un marco práctico para diseñar políticas climáticas eficaces
LWI - «La Federación Luterana Mundial (FLM) se solidariza con las comunidades vulnerables y aboga por una justicia climática basada en la equidad, la dignidad y los derechos humanos», afirma Elena Cedillo, directora ejecutiva del Programa de Justicia Climática de la FLM. «Las verdaderas medidas contra el cambio climático deben dar prioridad a la resiliencia y la adaptación, y garantizar que las personas más afectadas por el cambio climático reciban el apoyo y la protección que necesitan».
Las verdaderas medidas contra el cambio climático deben dar prioridad a la resiliencia y la adaptación, y garantizar que las personas más afectadas por el cambio climático reciban el apoyo y la protección que necesitan.
Elena Cedillo, Ejecutiva del Programa de Justicia Climática de la FLM
A new LWF publication titled “Climate Advocacy Guide - Towards more ambitious national climate policies” offers a practical framework for such engagement. It is available in English and Spanish.
Una nueva publicación de la FLM titulada "Guía para la defensa del clima: hacia políticas climáticas nacionales más ambiciosas" ofrece un marco práctico para ese compromiso. Está disponible en inglés y español.
Las organizaciones religiosas, incluidas las iglesias y la FLM, pueden desempeñar un papel transformador participando en los procesos nacionales de política climática. Su participación puede incluir el análisis de los planes existentes, la propuesta de mejoras, la movilización del apoyo de la comunidad, la colaboración con los responsables políticos y la promoción de la implementación. Este enfoque, que va desde las bases hasta el ámbito global, puede impulsar un cambio sistémico y fomentar beneficios locales.
Un marco para la participación nacional y local
La Guía de incidencia política sobre el clima de la FLM ofrece un marco para este compromiso. Incluye:
- Explicaciones claras de los principales instrumentos de acción climática del Acuerdo de París.
- Una lista de verificación para evaluar la calidad de las políticas.
- Un proceso paso a paso de análisis de deficiencias para identificar carencias y elaborar informes de políticas.
- Acceso a recursos para la incidencia política basada en datos empíricos.
Al ir más allá de los llamamientos generales y centrarse en acciones específicas e informadas, la guía empodera a las comunidades religiosas para influir en las estrategias climáticas nacionales y contribuir de manera significativa a la justicia climática global.
La crisis climática afecta a millones
La crisis climática ya no es una preocupación futura, sino una realidad actual que afecta a millones de personas. A pesar de la urgencia, las respuestas globales siguen siendo fragmentadas. Esta guía destaca el papel fundamental que desempeñan los actores religiosos, basados en la esperanza y la justicia, en la elaboración de políticas climáticas eficaces.
Las medidas nacionales contra el cambio climático se basan principalmente en tres instrumentos del Acuerdo de París:
- Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC): describen los objetivos climáticos a 10 años y los planes de implementación.
- Planes nacionales de adaptación (NAP): establecen estrategias a largo plazo para la resiliencia climática.
- Estrategias a largo plazo (LTS): detallan las vías para alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo.
Si bien estas herramientas son esenciales, su eficacia depende de la ambición y la implementación de cada país. Las NDC actuales proyectan un aumento de la temperatura de 2,7 °C, muy por encima del objetivo de 1,5 °C. Muchos países aún no han finalizado sus NAP y LTS. El año 2025, en particular la COP30 en Brasil, es un momento crucial para reevaluar y reorientar los esfuerzos globales.
Asumir la responsabilidad en este sentido como comunidades religiosas, iglesias y organizaciones confesionales es importante, afirma Cedillo: «Como personas de fe, estamos profundamente comprometidos con el cuidado de la creación, la solidaridad con los más vulnerables y la justicia climática. Este compromiso va más allá de las palabras: nos llama a emprender acciones significativas».